Uno de estos eventos fueron los conocidos como stickybacks en el mundo anglosajón y como fotografía eléctrica en España.
Este tipo de retratos rápidos y entregados en tiras se propagaron con fuerza en todos los estudios fotográficos. Un nuevo fenómeno fotográfico conquistó el mundo.
La necesidad de identificar retratos con nombre y apellidos en los documentos unido al abaratamiento del proceso semi industrial dio la semilla de la idea a Anatol Josepho, operador de stickybacks desde Budapest a Shangai.